domingo, 15 de enero de 2012

CARTA DE BELGRANO A CANDIOTI DEL 28 DE ABRIL DE 1814


































Escribe: Juan Carlos Serqueiros
 
Un amigo me pidió que le transcribiese esta carta que el general Belgrano le dirigiera con fecha 28.04.1814 a Francisco Antonio Candioti, por no poder él entender la letra del prócer, lo cual hice con mucho gusto, porque amén de que siempre es un enorme placer leer a Belgrano y disfrutar de esa caligrafía exquisita que tenía; la carta (cuyo original se conserva en el Archivo General de la provincia de Santa Fe y que cualquiera puede ir a ver porque inclusive tienen un servicio que permite ampliar las imágenes digitalizadas de modo de poder leerlas sin ese difuminado que se produce al ampliarlas mediante el zoom de una computadora) posibilita dilucidar ciertos aspectos de una época complejísima para la Revolución.
Bueno, vamos al punto; la carta decía:

Mi amigo: recibí la de V. en su tiempo; p.o p.r mis males no he podido contestar como quisiera. V. me ha llenado de contento con qto. significa, y celebro, sobre mi alma que no se diga viva España, ni tampoco haya unión con los de Montevideo: serán acaso remordimientos particulares los que hayan obligado a Artigas a ese movimiento, que como de familia podrán componerse, concluyendo las diferencias, y la unión se restablecerá, que es lo que nos importa; porque sin ella cada uno andará por su lado; y estaremos expuestos a una ruina total en la que todos seremos víctimas.
Los negocios del Perú van perfectamente: Cochabamba se sostiene, y el Cusco está en convulsión movido por los oficiales, hijos de allí, despreciados por Pezuela, así que no dudo se agregarán los juramentados de Salta y aún los soldados que existen por allá. El gral. Pezuela se maneja a la española; ha establecido una Junta que sirva de purificación p.a que solo queden en los Pueblos los buenos vasallos de Ferndo. (nota mía: Fernando, refiriéndose a Fernando VII) en consecuencia, destierros, prisiones varias: a Chuquisaca se ha puesto una contribución onerosa p.r la conducta que observó con nosotros.
No tardaré en marchar a Loreto: si V. quisiera escribirme sírvase dirigir la carta al Adm. de Correos de Córdova,  a q.n aviso como me las ha de mandar; permaneceré en otro Pueblo, hasta recuperar mi salud y poder seguir mi viaje de que avisaré a V. con oportunidad.
Expresiones amistosas a las Sas. y mi apasionada: V. reciba el sincero afecto de su:
Manuel Belgrano
Santº del Estº 28 de Abril de 1814.
A D.n Franco. Anto. Candiotti Sta. Fé
(sic)
Lamentablemente, no he tenido a la vista la carta de Candioti a Belgrano que precedió a la contestación de éste (como pueden apreciar en el texto, ésta de Belgrano es en respuesta a una anterior de Candioti a él), y más aún; no sé si se conservará dicha carta o no, para así ver qué le comunicaba en ella. Pero aún sin ese documento, puede inferirse cómo era la cosa: estaba de Director Supremo de las Provincias Unidas (¿"unidas"? mmm...) el notario Posadas, que con sus desplantes había provocado que Artigas abandonase el sitio de Montevideo, y lo había acusado de traición a la patria y puesto precio a su cabeza (6.000 pesos).
Fue un terrible error de Posadas, y la pésima impresión que eso produjo en el ejército y las varias personas que así se lo dijeron -incluyendo al barón de Holmberg, a quien las fuerzas artiguistas había batido en toda la línea-, todo eso sumado al rechazo que Vigodet hizo del armisticio que le propusiera; lo movieron a que enviara a Candioti (de antigua relación con Artigas), acompañado del fraile Mariano Amaro, a negociar con el Jefe de los Orientales. Así que la carta de Candioti -que de tonto no tenía un pelo y que sabía perfectamente los puntos que calzaba Posadas- a Belgrano; probablemente haya sido para informarle a éste que Artigas había tratado caballerescamente al barón de Holmberg y que lo había liberado con toda su tropa sin hacerle daño alguno, y acerca de la misión que le había encargado el Director.
Artigas recibió afectuosa y cordialmente a Candioti, y la mediación de éste fue exitosa; concluyéndose en Belén un convenio por el cual se reivindicaba a Artigas, se reconocía la autonomía de la Provincia Oriental y se renovaba la alianza entre ésta y Buenos Aires (lo que equivale a decir entre Artigas y los orientales por una parte, y el Directorio por otra; lo cual significaba nada menos que la inmediata liquidación de los realistas en Montevideo, la tranquilidad interior y la unión que anhelaban Belgrano, San Martín y Güemes, entre otros, es decir; los que querían sincera y efectivamente la independencia.
Pero Posadas, sumido en su nube de altanería, tozudez, empaque y soberbia, no aceptó; y el enfrentamiento entre hermanos continuó. 
Por ahora, para evaluar hasta dónde era capaz de llegar Posadas, baste con esta cita de las Memorias Curiosas, de Juan Manuel Beruti, enemigo de Artigas: "Estas son las resultas que nos han traído los desaciertos y poca política de nuestros gobiernos, que tan ligeramente trataron de traidor y enemigo del estado a Artigas, ofreciendo por su cabeza seis mil pesos y mandando tropas para sujetarlo, las que se han perdido, no sacaron nada y regresaron con un cuero a la cola". A confesión de partes, relevo de pruebas.
El contexto general era que había en Europa una especie de "furia restauradora de monarquías", y encima, Napoleón había liberado en diciembre de 1813 a Fernando VII, que había asumido el trono de España y que andaba boqueando con su amanerada e histérica voz de mariquita, que escarmentaría a los "rebeldes" americanos. Por eso Vigodet quería sostenerse en Montevideo a como diese lugar; para ganar tiempo mientras esperaba el auxilio de una flota enviada desde España por Fernando VII.
Ante ese panorama, el Directorio no encontró mejor "solución" que hacer las paces con Fernando, pero de tapadera nomás; mientras que así de sotamanga al pasar, buscaba entregar el país al coloniaje extranjero, para evitarse así el tener que "caer" en el artiguismo, o sea, en el federalismo (eso a lo que Manuel José García llamaba "peligroso sistema radical de libertad").
Cuando Artigas se retiró del sitio de Montevideo; Vigodet, creyendo que podía atraerlo para el bando realista, lo lisonjeó y tentó con ofertas, que fueron rechazadas por don José con un seco "usted se ha formado un concepto equivocado sobre el motivo de mi separación del sitio". Cortita y al pie, ¿no? Un patriota cabal, Artigas.
Por eso, Belgrano en su carta le dice a Candioti lo de "celebro, sobre mi alma que no se diga viva España, ni tampoco haya unión con los de Montevideo", alegrándose de que Artigas no haya accedido a las sugestiones de Vigodet (y de Pezuela, que también le escribió, aunque de esto último; no sé si Belgrano llegó a enterarse).

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